Cuando se trata de nuevas formas de movilidad, los híbridos enchufables son muy atractivos por su versatilidad. Veamos si el nuevo Kia Optima está a la altura de sus promesas. ¿Quieres encontrar tu coche de ocasión en Barcelona al mejor precio? Elige el concesionario de coches de segunda mano en Barcelona Crestanevada.
La mantequilla. Y también un poco de la crema. Y, además, con un poco de cremosidad: ese es el posicionamiento del nuevo Kia Optima Híbrido Enchufable, que te ofrece 54 kilómetros de conducción totalmente eléctrica en tus desplazamientos diarios y sólo necesita repostar en fines de semana largos y vacaciones, y que vende sus servicios por 45.990 euros (menos una bonificación de 1.000 euros), lo que no está muy lejos del precio del Volkswagen Passat GTE (probado aquí en su versión familiar por mi colega Ancelin), que parte de los 48.430 euros.
Dicho esto, el mercado de las grandes berlinas PHEV aún no está muy bien abastecido, el Optima está solo con el Passat en este segmento, el BMW 740e está en otro mercado y el 330e es mucho menos generoso en cuanto a volumen interior. Desde el punto de vista financiero, Kia tiene cada vez menos complejos y va a atacar de frente a los alemanes. ¿Cuáles son sus argumentos?
Calidad coreana
El PHEV se distingue por sus salpicaderos delantero y trasero más elaborados, con una parrilla menos abierta al flujo de aire, mientras que la carrocería se realza con unos ribetes azulados, que se supone recuerdan las virtudes ecológicas del vehículo. Así, el Optima es una gran berlina de 4,85 m de longitud, con un diseño bastante consensuado, pero a la que no le falta presencia frente a las referencias más asentadas en el mercado. A mí me resulta más agradable mirarlo desde tres cuartos traseros, con el fino pilar C y el techo curvado al final.
Los que aún lo duden sólo tienen que abrir la puerta: la calidad de fabricación ha dado un gran salto adelante. La disposición de la consola central es muy «BMW», ya sea por el diseño de la pantalla táctil o por los paneles de control del aire acondicionado, es como estar en Múnich. Hay influencias peores, sobre todo porque está bien hecha. La parte superior del salpicadero utiliza un bonito trozo de plástico espumado, la parte inferior del salpicadero nos ahorra los plásticos de gama baja: en resumen, está bien hecho.
Los cumplidos continúan con los asientos de cuero, bien diseñados y acogedores, más aún en las plazas traseras, donde el espacio para los pasajeros es simplemente real. El salpicadero es bastante sencillo, con el gran dial de la derecha dedicado a la «conducción ecológica», con zonas de «carga», «eco» o «potencia». Los modos de conducción están simplificados: basta con forzarlo, con batería suficiente, para que circule en modo eléctrico; no hay gestión de los niveles de frenado del motor como en algunos de sus competidores, ni modo deportivo de la caja de cambios, ni levas en el volante, ni suspensiones pilotadas como en el Passat. Al mismo tiempo, ¿están todos estos atributos realmente en consonancia con la filosofía de un híbrido enchufable? El Optima PHEV tiene la respuesta a esa pregunta.
Al conducir el Optima, como ocurre con todos los vehículos que utilizan un poco o mucho de electricidad, tiendo a pensar que su principal virtud es quizá menos «ecológica» que filosófica. De hecho, la sensación de suavidad y serenidad que se tiene al volante tiende a tranquilizarle y a animarle, directamente, a conducir relajado y a jugar la baza de la eficiencia de combustible. Por eso me hacen bastante gracia todos aquellos que conducen coches Prius y salen de los peajes con el pie en la tabla (y hay un cierto porcentaje de ellos, de hecho).
Por la mañana, cuando el coche está frío, el Optima PHEV funciona durante un breve periodo de tiempo con el motor de combustión interna hasta que todo el sistema alcanza la temperatura adecuada. Después, los eléctricos toman el relevo y, en el día a día, te reto a que digas en qué marcha del DCT7 estás y cuándo el motor de combustión interna ha tomado el relevo de los eléctricos: es muy sencillo, silencio, suavidad, cambios de marcha apenas perceptibles, el Optima PHEV te facilita el día a día. Y el volante y los asientos calefactados (también en la parte trasera) están ahí para esas frescas mañanas de otoño. Aunque pasar calor o consumir poco combustible es una elección. Cruel dilema.
1,6 l/100, ¿en serio?
Es una gran pregunta y todo depende de tus necesidades de movilidad y capacidad de carga. Con menos de 40 ó 50 km por trayecto y la posibilidad de recargar en la oficina, es prácticamente 0 l/100. La eficiencia de un PHEV significa que tiene que poder recargarse lo más rápidamente posible. Sin embargo, el Optima, en una prueba de una semana, cumplió su promesa.
Antes de pasar a las cifras, un poco de suspense nunca viene mal en una estructura narrativa, veamos qué hay bajo el capó: un motor de gasolina de 4 cilindros, 2.0 (1999 cm3) y 16 válvulas con inyección directa que desarrolla unos valores relativamente modestos de 156 CV a 6.000 rpm y 189 Nm a 5.000 rpm, acoplado a un motor eléctrico síncrono de 67 CV alimentado por baterías de iones de litio de 9,8 kWh. En total, esto da 205 CV y 385 Nm de par, que deben compararse con un peso de 1.780 kilos en vacío. Hay que señalar que las baterías merman notablemente la capacidad del maletero, que se reduce a 307 litros, 203 menos que el de un Optima térmico. El depósito de combustible es de 55 litros, frente a los 70 del Optima convencional.